
Un 17 de septiembre de 1999, Lionel Andrés Messi posaba en la habitación 546 del Hotel Catalonia, con la Plaza España de fondo. La imagen, tomada por su padre Jorge, guarda la esencia de un viaje único: el de un chico rosarino de 13 años que cruzó más de 10 mil kilómetros con un sueño enorme, probarse en La Masía del Barcelona. Carles Rexach, el dirigente que lo fichó, resumió aquella prueba con una frase eterna: “Vino para 15 días y sobraron 14”.
Ese niño de la foto es hoy el máximo goleador del club (672), máximo asistidor (268), récord de partidos (778) y títulos (35). Un cuarto de siglo después, esa instantánea no es solo un recuerdo: es el momento exacto en el que el fútbol cambió para siempre, marcando el inicio de la leyenda más grande del Barça y, para muchos, de la historia.