Neymar volvió a vivir una pesadilla: a los 33 minutos del partido con Santos, debió salir reemplazado por una nueva lesión, entre lágrimas y visiblemente destruido emocionalmente. El crack brasileño no pudo contener el llanto mientras dejaba el campo.

Lo más preocupante: ya suma 545 días lesionado en las últimas dos temporadas. Entre operaciones, recaídas y rehabilitaciones, su carrera se volvió un calvario físico. Ojalá no sea nada grave, pero el fútbol entero sufre cuando Neymar no puede estar en cancha.