La final entre PSG y Tottenham dejó un contraste de emociones imposible de ignorar. Luis Enrique, sonriente y eufórico, celebró la conquista de la Supercopa de Europa tras vencer por penales, sumando su primer título internacional con el conjunto parisino.

Del otro lado, Cristian “Cuti” Romero vivió la cara más amarga: en su debut como capitán Spur, marcó el segundo gol para poner el 2-0 parcial, pero el equipo londinense terminó igualado 2-2 y cayendo desde los doce pasos.

Un partido que dejó alegría total para los franceses y frustración profunda para el central argentino, que había soñado con levantar su segundo trofeo como líder del Tottenham. Así es el fútbol: en minutos podés pasar de la gloria a la decepción.